Yo estoy bien… son los demás que necesitan ayuda

Contacté con SA para ayudar a Juan y vi que yo también era adicta….

Siempre fui la favorita de mis padres. Mis dos hermanas son lo que más quiero en el mundo.

Mi padre era lo que los psicólogos llaman “una persona conflictiva” es decir, adicto a diferentes sustancias (alcohol, drogas…), mujeriego. Hoy sé que era sexólico y yo he heredado sus genes o su personalidad adictiva. Sabía que si bebía alcohol me volvería alcohólica como él, siempre lo supe. Sabía que éramos iguales. Siempre nos entendíamos a la perfección.

Yo solo tengo buenos recuerdos de él y la seguridad de que me quería muchísimo y que mis hermanas y yo éramos lo más importante en su vida. Se esforzó de mil maneras para que tuviéramos muchas cosas materiales pensando que era lo mejor para nosotras, no sabía que yo sólo necesitaba que pasara tiempo conmigo. Mi madre fue muy sumisa los dos primeros años de matrimonio. Mi padre decía que era como una “geisha” y luego le pilló en infidelidades y la guerra se desató. Mi padre iba a clubs, mi madre iba a buscarle para traerle a casa…mientras, a nosotras nos dejaba con la vecina de al lado. La vecina accedía a cuidarnos pero luego mientras se dedicaba a sus quehaceres domésticos nos “dejaba en manos de su marido alcohólico” literalmente…, abusaba sexualmente de nosotras tres con tocamientos encima de la ropa y besos en la boca. Yo me sentía IMPOTENTE, pero como hermana mayor, mi madre me había enseñado a cuidar de mis hermanas y me parecía lo lógico, tenía que protegerlas y un día me armé de valor y se lo conté a mi madre …pero…no me creyó y…nos volvió a dejar allí una vez más…Ese día me di cuenta que ESTABA SOLA Y ABANDONADA EN EL MUNDO y este sentimiento me ha acompañado siempre y que TENDRÍA QUE ARREGLÁRMELAS POR MÍ MISMA.

Saqué fuerzas para esconderme detrás de la mesa del salón, en la silla más alejada mientras contemplaba la escena que no se me va de la cabeza, en la que aquel adicto abusaba de mis hermanas indefensas mientras yo las llamaba y las decía “venid aquí” pero ellas eran incapaces de moverse y me miraban impotentes y llenas de miedo. Ese día el RESENTIMIENTO HACIA MI MADRE COMENZÓ y me ha acompañado toda la vida. Ese día ME CONVERTÍ EN SEXÓLICA.

Mi madre me pidió que no se lo contara nunca a mi padre porque sería capaz de matarle y seguramente era cierto. Nunca se lo conté a nadie hasta que fui al psicólogo a los 17 años.

Mi madre me obligaba a irme con mi padre cuando salía de casa para hacer que regresara a traerme. Me chantajeaba con que si no accedía iríamos las tres y así, yo seguía protegiendo a mis hermanas. Mi padre, que sabía de la estrategia de mi madre, no se cortaba en seguir con sus planes como respuesta, yo me tenía que aprender las mentiras que me sugería para contarle después a mi madre en lugar de decirle que había estado horas en bares o prostíbulos…

Pubertad

A los 11 años nos mudamos a  una ciudad de la periferia, por lo que todo esto ocurrió antes, pero no sé a qué edad con exactitud.

Recuerdo que mi padre “supervisaba manualmente” los cambios físicos hacia la mujer adulta, yo no lo veía mal…

Durante mucho tiempo, años, soñaba que un monstruo me perseguía. Un mundo de fantasía empezó a gestarse en mi cabeza.

Me refugié en los estudios para no pensar y para ver si así mi madre PODRÍA QUERERME porque hasta entonces DEDUJE QUE NO ME QUERÍA porque había algo malo en mí, era mala, era una PROSTITUTA que tiene sexo sin desearlo y con quien no le apetece y estos dos sentimientos me han acompañado toda la vida.

Aun así fue mi despertar sexual, porque, contra todo pronóstico, sentí excitación con aquel hombre al “presionar los botones adecuados”. En la pubertad me llené de granos en la cara hasta pasados los veintimuchos, que me protegieron del contacto con los chicos.

Recuerdo al padre de mi mejor amiga, un día se abalanzó sobre mí. Pude salir corriendo.

Adolescencia

Al llegar al instituto yo ya era muy tímida y retraída, la típica empollona. Me lavaba las manos decenas de veces al día como hoy en día. Me sentía TAN SUCIA…Tenía DERMATITIS DE CONTACTO…

Recuerdo que la vida me parecía tan insoportable que “necesitaba” masturbarme dos veces antes de levantarme para soportar el día. Me producía el suficiente bienestar para soportar a mi madre con la que me rebelaba constantemente por todo.

Un día salimos al campo mi familia con la de los hijos de aquel anciano (celebrando la salida de la cárcel de ambos cabezas de familia, mi padre estuvo 3 años por tráfico de drogas). Desde siempre he aprovechado cualquier ocasión para quitarme la ropa…

A los 15 años salí con mi primer novio que resultó ser gay pero que quería demostrar a los demás que no.

Después ligué con un chico que ni siquiera me gustaba físicamente, tuvimos sexo no completo y me juré a mí misma que no volvería a beber alcohol ni a estar con desconocidos íntimamente. Me dio mucho asco pero no me negué… Cogí la MONONUCLEOSIS INFECCIOSA.

Un hombre que un día me forzó a darme un beso en la boca. Me sentía fatal.

Otro hombre con la edad ideal de más de 40 años, igual que mi padre y bajito también, el último día quiso que tuviéramos relaciones sexuales completas. Era mi primera vez. No sé por qué no me negué. Me sentía TAN SOLA Y ABANDONADA. Pero cuando estaba en faena parecía que no atinaba y me cansé, me puse nerviosa, me levanté y dije “No, ya no”. Entonces me empujó al suelo, me sujetó y terminó. Me quedé sin habla. LO PEOR QUE CREÍA QUE ME PODÍA PASAR EN LA VIDA HABÍA OCURRIDO y me quería morir. Estuve más de 1 semana sin poderme sentar del dolor…Regresé a casa, se lo dije a mi novio  nihilista, el más feo de la clase, que hasta entonces era firme defensor del amor libre y que no teníamos compromiso de fidelidad. Me dejó inmediatamente y yo me moría de dolor. Me sentí traicionada por él.

Entonces el hombre quería verme de nuevo. Y fui…Recuerdo las relaciones sexuales con una intensidad y placer hasta entonces desconocidos para mí, creo que ya le estaba utilizando como droga para tapar lo que él mismo me hizo. Un día discutimos por la protección. Simplemente dije NO pero él se acercó y obvió mis palabras y deseos. Me quedé sin habla, sin poder moverme. OCURRIÓ DE NUEVO.

Se lo dije a mi padre y me habló de un amigo que podía hacer que pareciera un accidente…como siempre las soluciones de mi padre a los problemas provocaban un problema mayor. Le dije que no.

Durante 1 año este hombre me llamaba a casa para “ver qué tal estaba”. Finalmente le dije que me había violado y dejó de llamar.

Entonces me diagnosticaron “ANOREXIA NERVIOSA” y me dijeron que todo lo que me había pasado era culpa mía… me sentía peor que nunca….

Un vecino quiso tener relaciones conmigo y no me pareció mal. NO SENTÍ NADA. ESTABA COMO MUERTA.

Adulto (no madurez)

En la universidad no me concentraba en los estudios, me fijé en el más popular de la clase y fue mi novio. Mi padre murió con 45 años. Hasta entonces pensaba que las cosas no podían ir peor pero entonces me sentí MÁS ABANDONADA Y SOLA QUE NUNCA ANTES. Sentí que yo lo maté porque me confesó que sentía que había desperdiciado su vida no estando con lo que más quería en el mundo, que éramos nosotras, sus hijas, por alejarse de mi madre. Le dije que tenía una hija pequeña de la que ocuparse ya que nosotras ya éramos mayores y no podía hacer nada pero no era cierto. LE HE NECESITADO SIEMPRE DESDE ENTONCES HASTA HOY. Siento que SIEMPRE ME HA PROTEGIDO, QUE ES MI ÁNGEL y ME PROTEGE HOY Y TODOS LOS DÍAS.

A partir de entonces, casualmente, los hombres mayores deben tener la edad ideal entre 40 y 45 años. Más, me parecían mayores.

Empecé a trabajar en hostelería a la vez que continuaba en la universidad y las prácticas de fisioterapia en el hospital y me fui con mi novio. Era cariñoso, aunque no hacía nada en casa y decidí que yo no quería ser como mi madre. Quería alejarme lo más posible de ser como ella. En 1 año rompimos. Siempre aparté a los hombres buenos de mi camino. Luego años después, antes de casarse vino a verme y me dijo que me prefería a mí, me ofrecía matrimonio pero le rechacé fríamente. Yo no tenía ningún sentimiento de Amor en mi interior, al contrario que él.

Su mejor amigo quiso tener relaciones conmigo y no me pareció mal. Era inmaduro y neurótico obsesivo diagnosticado; así es que no podía quererme ni, por supuesto, yo a él. Estuvimos 2 ó 3 años juntos en diferentes ciudades. Años después me operaron de una LESIÓN EN EL CUELLO DEL ÚTERO POR EL VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO que me contagió.

Un amigo suyo quiso tener relaciones conmigo y no me pareció mal e incluso me llegó a proponer matrimonio. A mí ni siquiera me gustaba, así es que le rechacé.

Terminé la carrera y volví a casa de mi madre cuando se me acabó el dinero.

También conocí a un extranjero que me atraía en el autobús con el que tuve relaciones.

Inicié mi actividad política, estaba enfadada con el mundo y quería cambiarlo en vez de cambiar yo. Conocí a otro extranjero con la edad ideal de más de 40 años que me atraía. Fue muy amable y respetuoso conmigo, yo solía darme la vuelta a la mitad y decirle que no quería más por hoy. Lo respetaba y se daba la vuelta y se dormía. En un viaje fui a ver a su familia y me enteré que tenía un hijo de 2 años y que estaba casado, no separado como me dijo. Aun con el engaño no le guardo rencor porque antes de él estaba como muerta y no sentía nada.

Conocí a un chico que me atraía con el que salía,  no tuvimos nada de sexo. Siempre pensé que era gay y quería una mujer florero. Resulta que atraigo por igual a gays y psicópatas. Nos hemos seguido viendo de forma irregular hasta el día de hoy.

En un viaje al extranjero conocí a un hombre con el que no hubo nada sexual pero abandonó su comitiva y se escapó a España para estar conmigo. Yo le rechacé.

Entonces me fui a vivír con un gay en un piso en Madrid y salí con una americana. No quería estar con más hombres y creía que era lesbiana. Mis amigas siempre eran las más guapas de todas. Mi querida americana volvió a California.

Me fijé entonces en un vecino que me atraía mucho, algunos años mayor que yo al que nunca me atreví a decirle nada, ahora mi timidez se esfumó a medida que mi adicción aumentaba día a día. Empezamos a salir y vivimos juntos 4 años. Yo no era feliz, me sentía SOLA y necesitaba continuas muestras de cariño y afecto que él era incapaz de mostrar constantemente. Le puse los cuernos un par de veces…con chicos que ni siquiera me gustaban tan solo físicamente, una de ellas con un calvito que siempre me parecieron muy eróticos…Un día dejó de hablarme durante más de una semana.

Me fui a casa de mi madre con tratamiento para la DEPRESIÓN con pastillas para dormir, para comer y de baja en el hospital durante 8 meses. Ya tenía diagnosticado COLON ESPÁSTICO y dejé el alcohol completamente y las comidas picantes. El especialista en digestivo me recomendó llevar una vida más tranquila. Años más tarde le comprendí y cambié mi vida.

Volví al hospital pero me metí de lleno en el sindicato. Quería luchar contra el sistema pero la guerra estaba dentro de mí.

Ese año fui FELIZ porque, en casa de mi madre solo podía dormir en su cama. Y fue maravilloso porque mi madre me abrazaba por las noches y me decía que me quería y que yo valía mucho. Era la primera vez en su vida que hacía eso.

Después de 1 año no podía estar sin un hombre y  descubrí internet y conocí a varios hombres, conocía uno que se mostraba lento y quizá distante y eso me enganchó. Me resultaba muy pesado, incluso no me gustaba nada físicamente pero era atento, cariñoso y yo insistía en tener relaciones sexuales siempre que nos veíamos…vivimos juntos. Hice un curso de PNL y descubrí que quería tener mi propio negocio y que “quería estar con muchos hombres”, me asusté y dejé el curso.

Tras 7 años en los que siempre buscaba muestras de cariño y amor, …exigía…era dependiente como mi madre. Las fantasías sexuales durante estos años atrás habían aumentado a tal intensidad  que se habían vuelto violentas y horribles. Un día me quedé embarazada pero lo perdí a los 3 meses,  lo dejé.

Cerré la tienda 2 meses después y me fui a vivir a casa de mi madre de nuevo, como dice mi madre que siempre vuelvo después de estar con alguno… Aun hoy me sigue llamando, quiere volver. Yo no. No era amor por ninguna de las dos partes. Había tenido muchas relaciones pero no sabía lo que era el amor.

Esos dos meses me desboqué totalmente. Un hombre la 1ª vez que nos tocamos salieron chispas. Yo no sabía lo que era eso, era una ENERGÍA MUY FUERTE.

Trasladé la tienda a una pequeña calle a un local pequeño. No sabía por qué pero sentía una FUERZA MUY GRANDE que tenía que alquilar ese local pequeño en concreto y lo hice. La ENERGÍA DEL UNIVERSO me llevó allí. Lo que no sabía entonces era, que justo en frente, veía todo el día a dos chicos gays de una boutique de ropa. Uno de los dos me pasó el mensaje: que este cliente era adicto al sexo y qué pasaba conmigo que desatendía mi negocio por estar con él?

Yo no tenía ni idea de lo que era eso, busqué en la red. Llegué a la conclusión que, efectivamente este hombre era adicto pero yo seguía pensando que yo no…Tardé 2 años más en llegar a S.A.

Me sentía como una MONJA QUE SALE DEL CONVENTO Y LE DESCUBREN EL MUNDO.

No podía negarme a nada, fuera lo que fuera. Creí entonces que yo era “sumisa” y él era mi amo y señor. Empecé a leer BDSM y practicarlo. Parecía feliz huyendo de mis problemas de mi separación, del cierre de mi negocio…Hasta que un día no muy lejano perdió el control, le dije DESPACIO, QUIETO, PARA pero él no pudo parar…

Al mismo tiempo conocí a otro hombre, sin tocarnos siquiera esta vez, sentí una FUERZA SEXUAL TAN PODEROSA e irresistible que emanaba de él como nunca antes la había sentido. Creía que había encontrado la 7ª maravilla y quería estar con él todo el tiempo y hacer todo lo que él quisiera. Él no me engañó, vivía con su hija y la madre de la niña y se iban a separar.

Teníamos mucho sexo que a mí me parecía lo mejor que había en el mundo. Descubrí que se veía con otras chicas también y no entendía por qué. Sentía que me estaba enamorando. Por primera vez en una relación nunca le fui infiel. Sobretodo fue el primero que vio mi interior, le gustaba mi “nobleza”. Nadie había visto cómo era yo en realidad. Nunca dejé que me vieran vulnerable por miedo a que me hicieran daño. Viendo que pasaban los meses y no se separaba le dejé y le dije que me iba con otro que casualmente tenía la edad ideal de 44 años. El primer día que me enseñó su “guarida” sentí que era un sótano con mazmorras para tortura”, así me sentí pero seguí. Mas tarde me dijo que “se excitaba con la muerte”, sin darme cuenta del peligro en el que me estaba metiendo, pero no lo dejé, seguí… fue una pesadilla. Afortunadamente para mí, este hombre era gay y solo tenía un interés en mí en que fuera su “florero” ante su círculo, mientras Luis me seguía llamando.

Cuando su mujer se fue estuvimos un par de meses geniales hasta que se fue con otra, me enfadé y lo dejé de nuevo. Por aquel entonces se me retiró el período y creí que estaba embarazada. Por 1ª vez quería una pareja de verdad y no quería espantarlo de nuevo. Quería que funcionase y haría todo lo que fuera necesario. A los 3 meses nos vimos de nuevo y todo parecía ir bien hasta que otra vez, me di cuenta estuvo con otra, entonces él trató de evitar una nueva ruptura haciéndome creer que éramos “solo amigos” y que no había compromiso. Quise creerle, seguí con él sabiendo que estaba con otras y no utilizábamos protección: UNA BARRERA HABÍA TRASPASADO

Yo, sanitaria… El período comenzó a retrasarse y me empecé a preocupar. Se lo dije y se enfureció, no quería más hijos al menos de momento. Es hora de poner protección, hablándolo parecía que estábamos de acuerdo pero luego, a la hora de la verdad insistía y yo cedía, cedía hasta que un día después de meses decidí que YA NO MÁS y dije que sin protección no pero él no pudo parar, no respetó mi decisión y siguió cuando dije NO, NO QUIERO repetidas veces. De nuevo se había repetido la misma situación que hacía un año y medio.

Iba a violación por año y era el 2º adicto al sexo.

ME DI CUENTA ALGO EN MÍ IBA DE MAL EN PEOR

Entonces él me dijo que quería estar con una chica normal y que mis fantasías  sexuales no eran normales y ERA VERDAD (fue mi espejo). Pero yo seguía sin verlo. Él era adicto y yo casi nada. Fue mi GRAN MAESTRO. Tardé 5 meses más en llegar a S.A.

Empecé a tener dudas con mi identidad sexual empecé a vestirme como un hombre ya que era como yo me sentía y lo que me apetecía. Tiré todos los vestidos y faldas de mi armario. Me cansé de ser la víctima. Ahora quería ser yo la que tuviera el mando. Quería salir con una mujer, y quizá dominarla.

Aun así arriesgué mi vida accediendo a relaciones sin protección y un abuso mayor siendo drogada volviendo a poner mi vida en peligro esa noche me drogó y abusó de mí.

Después de semanas por 1ª vez sentí que había tocado fondo. Reconoció su error y que salía con otra chica. No quise verlo más. Aun así mi vida se había vuelto ingobernable y le vi y me quedé sola en su casa mientras pasaba la noche con su novia. Al día siguiente me sentí fatal y me fui. Sentía una FUERZA IRRESISTIBLE a salir de allí…la ENERGÍA DEL UNIVERSO me protegió.

Contacté con SA para ayudar a Juan y vi que yo también era adicta. Me había pasado la vida evitando las drogas, bebía agua destilada, consumía ecológico para no ser como mi padre pero era exactamente igual, una adicta.

La sobriedad desde el 8 de enero de 2015 me ha dado la claridad mental para ver lo que ocurrió el año pasado y siento que he sido drogada varias veces sin acordarme lo que ocurrió después…

Juan ha seguido llamándome hasta que le puse una denuncia. El grado de mi ceguera llega a que un hombre que me ha drogado y ha abusado de mí siga pensando en él todos los días y tenga fantasías románticas: que estemos los dos recuperados.

Ahora desde que fui a SA estoy mejorando la relación con mi madre día a día. Aunque es codependiente 100% creo que una FUERZA MUY POTENTE DEL UNIVERSO me hizo volver a casa esta vez para reconciliarme con mi madre para siempre. Mi madre ha sido y es la persona más importante de mi vida.

Carmen, sexólica en recuperación.