La Decisión de querer la Sobriedad

Por primera vez he tomado LA DECISIÓN: La Sobriedad a toda costa

Creía que la vida no valía nada sin el consumo de lujuria. No sabía que para mí era imposible consumir lujuria de una manera normal y sana. No era consciente de que después del primer trago de lujuria ya no podía parar.

Vino una crisis profunda y entonces me di cuenta de que tenía que solucionar mi problema. Mi esposa y mis amigos me intentaron convencer para que trabajara el programa de 12 pasos de Sexólicos Anónimos, pero lo rechacé. Quería recuperarme por mi cuenta, sin la ayuda de nadie. Estuve sobrio dos semanas, después recaí y terminé en la cárcel.

No sé qué es lo que me pasó durante esta estancia en la cárcel. Una especie de fuerza intervino en mí de una forma que no entiendo, pero por primera vez tomé LA DECISIÓN de querer la sobriedad a toda costa. Antes de tomar esta decisión, yo hacía muchas promesas. Antes siempre quería tener las dos cosas al mismo tiempo: la lujuria y la sobriedad. Ahora, por primera vez, he tomado LA DECISIÓN. Quizás fue la mano de Dios. No lo sé. La verdad es que estoy sobrio desde entonces, hace ya más de 6 años.

Me ayudaron cuatro paradojas, que como tales parecen ser contradictorias en sí mismas, pero funcionan y son importantes para mi sobriedad:

1. Me rindo para vencer.

2. Doy para recibir y crecer.

3. Sufro para recuperarme. No hay confort en la recuperación, ni hay recuperación en confort.

4. Muero para vivir. Muriendo a mi viejo “yo” recibo una nueva vida, sobria y transparente.

Anónimo